Cuando una persona deposita su confianza en el hombre, esa persona está confiando realmente en el polvo. La palabra hebrea para confianza indica arrojarse hacia delante o hacia un objeto a fin de descansar sobre él. Cuando confiamos en los humanos nos estamos apoyando en el polvo. (Gen 3:19)

La vida que confía habitualmente en la fuerza humana se verá desilusionada desesperadamente, y es que elegimos entre el brazo de Dios y el brazo de la carne.

Dios nos rescata repetidamente con su brazo invisible pero fuerte, pero cuando nos apoyamos en cualquier brazo humano, descansamos sobre carne que puede derrumbarse porque es débil y breve.

¿Dónde está su confianza? Si la vida se deshace, virus, guerras, problemas familiares recesión económica etcétera  ¿A quién acude?

Nada en la dimensión humana es últimamente confiable porque hasta la Tierra que es lo más estable y confiable se mueve y se tambalea; nuestra propia mente, cuerpo y apariencia cambian.

La familia, nuestra vocación, o nuestros conocidos nos abandonarán, si nuestra confianza última está en cualquiera de estas cosas, su vida está bajo maldición. “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigara, ni dejará de dar fruto”.

¿En dónde está su confianza en su trabajo, en la gente, o en el dinero?

La vida puede y debe vivirse bajo la bendición de Dios y cuando depositamos toda nuestra confianza en Dios, hay recursos, respuestas y reacciones que proporcionan bienestar.

¿Usted qué piensa me gustaría saber su opinión?

Gálatas 5:10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; más el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.