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Aumenta la problemática

Violencia doméstica, angustia, depresión y estafas a la alza, durante pandemia

Además de la crisis de salud y económica, el coronavirus ha generado efectos secundarios y aunque se supone que el hogar es el lugar más seguro en el que cualquiera de nosotros podría estar ahora, para las personas que sufren violencia doméstica, el distanciamiento social significa estar atrapadas entre cuatro paredes con un abusador.

A medida que más ciudades del mundo imponen la cuarentena por el Covid-19, la propia Organización Mundial de Salud (OMS) advirtió que los intentos de frenar el coronavirus provocan inadvertidamente un aumento de la violencia doméstica que ya es considerada una epidemia mortal, donde una de cada tres mujeres en todo el mundo experimenta violencia física o sexual, en su mayoría por parte de su pareja.

Los informes de violencia doméstica aumentaron en marzo en muchas ciudades de todo el país a medida que se extendió la pandemia de coronavirus, según los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, lo que generó preocupaciones sobre la seguridad de las familias mientras se aíslan en sus hogares.

Al menos 18 Departamentos de Policía de diferentes ciudades dijeron que habían visto un aumento en marzo, aunque Phoenix parece mantener sus números iguales a los del 2019, según la sargento Mercedes Fortune, vocera de la Policía de Phoenix.

“No hemos visto un gran aumento, el mes de marzo es muy similar al de marzo de 2019. Sin embargo, nos gustaría recordarles a las víctimas que soliciten ayuda, no están solas. Hay defensores y refugios si las víctimas no se sienten seguras”, dijo Fortune.

El aumento en los informes de incidentes de violencia doméstica se produce cuando los refugios para víctimas de abuso se apresuran a encontrar formas de permanecer abiertos.

“El estrés financiero solo crea una bomba de tiempo para algunas familias con antecedentes de violencia doméstica, Desafortunadamente, muchos de estos casos de violencia doméstica ocurren frente a los niños y, a menudo, los niños también se convierten en víctimas de abuso y agresión”, dijo Steve Mueller, sheriff del condado de Cherokee, Carolina del Sur, que experimentó un aumento del 35 por ciento en los casos en marzo en comparación con febrero.

Los defensores de los derechos de las víctimas y la policía atribuyen el fenómeno al estrés provocado por el cierre de empresas y escuelas, dejando a muchas personas sin trabajo y con dificultades financieras, pues ya se han documentado aumentos similares en la violencia doméstica después de desastres naturales, como el huracán Harvey en 2017.

Si usted o alguien que conoce experimenta éste problema, llame a la línea directa nacional de violencia doméstica al 1-800-799-SAFE (7233) y en Arizona existe la Arizona Coalition Against Domestic Violence con teléfono 602-279-2900.

Aumentan estafas

Por otra parte, la oficina del Sheriff advirtieron sobre un intento de estafa que en los últimos días, varios residentes del Condado de Maricopa recibieron por medio de una carta por correo que decía ser del Departamento de Salud Pública del Condado de Maricopa.

La carta (con la fecha del 30 de marzo de 2020) afirma que “los funcionarios del Departamento de Salud Pública del Condado de Maricopa” irán de puerta en puerta para verificar la salud y el “bienestar” de los residentes.

La carta continúa afirmando que los residentes que estén enfermos serán llevados a un centro en Phoenix para ser puestos en cuarentena durante 45 días, lo que es completamente falso.

Igualmente, organizaciones como el Buró Federal de Investigaciones advirtieron sobre llamadas en las que se intenta aprovechar el miedo para defraudar a las personas, sobre todo en estado más vulnerable, como los adultos mayores.

Los estafadores están aprovechando la pandemia de COVID-19 para robar dinero, información personal o ambos, por lo que se recomienda no hacer clic en los enlaces que pretenden proporcionar información sobre el virus, donar a una organización benéfica en línea o a través de las redes sociales, comprar productos en línea o aceptar llamadas que le ofrecen pruebas o curas milagrosas.