La elección especial para la Proposición 105, además de ser la más concurrida en la historia de Phoenix, nos enseña varias lecciones:

La primera lección es, que no podemos esperar que los oficiales electos tengan en mente los intereses de la comunidad afectada.

La segunda, que los intereses corporativos y sindicales influyen mucho más en los políticos que los intereses del pueblo afectado.

Tercero, que un pueblo puede luchar e influenciar las decisiones gubernamentales a pesar de las grandes diferencias en recursos, si los pequeños comerciantes se unen con la comunidad para retar los intereses incrustados en todos los niveles de decisión en la ciudad.

Y por ultimo, que se tienen que buscar contradicciones en las coyunturas políticas que aumenten la posibilidad de retar decisiones del cabildo o de las legislaturas que van mas allá de la lealtad de partido.

Además, que mas allá de Republicano o Demócrata, un votante se identifica como ser humano contribuyente que es capaz de pensar y de votar en contra de los intereses de su propio partido.

La conexión humana de vivir en paz, y proveer para la familia rebasa partidos.

Los oficiales electos a pesar de las promesas de campaña, ya en el puesto siempre piensan en los fondos para su siguiente elección.

Los que siempre ofrecen esos fondos en cantidades suficientes para financiar las campañas son los intereses corporativos y sindicales que influyen al escribir las ordenanzas o leyes que protegen sus ganancias y sus intereses.

La asociación de contratistas tiene mucho más influencia que un pequeño negocio que va a ser desplazado por las inversiones millonarias de un tren ligero.

El pequeño comerciante no tiene ni los recursos ni el tiempo para cabildear efectivamente.

Una donación de 1,000 dólares al candidato no se compara con 12,000 de una asociación corporativa. Un pequeño negocio no tiene la capacidad de proveer cientos de “voluntarios” que un sindicato puede proveer para ir puerta por puerta.

Generalmente la comunidad afectada y los pequeños comerciantes reaccionan a una amenaza al último momento, como quien dice empiezan a patalear ya cuando tienen la soga en el cuello y analizan la realidad que sus días están contados.

Mientras los gobiernos planean anticipadamente y reclutan organizaciones no lucrativas ofreciéndoles fondos millonarios para preparar a la población y a los comerciantes para que abrasen su propia destrucción como algo bueno para la sociedad en general.

“El tren ligero atraerá inversión al Sur de Phoenix y después de un tiempo de sufrimiento, tu negocio será mucho más prospero”. Mienten sin remordimiento.

Ante esta embestida de relaciones publicas la comunidad busca aliados de donde vengan y a veces termina en alianzas con ciudadanos que no quieren que sus impuestos se malgasten, aún si son republicanos; con conservadores que están contra el poder gubernamental desenfrenado.

Los oficiales electos que en un tiempo pregonaban defender al pueblo, reaccionan acusando a sus votantes de estar contra el progreso, lanzan campañas para desprestigiar a los pequeños comerciantes de estar bajo la influencia de los Hermanos Koch, sin ninguna prueba, pero lo importante es satanizarlos para obtener el trofeo de 1.35 billones de dólares, a cambio del barrio que los lanzo a la política con muchas esperanzas, para ser defraudados una vez más.

Sin embargo, la lucha no termina, ganemos o no, lucharemos para que la ciudad recompense el daño a nuestra comunidad.

Esa lucha apenas empieza.